Es lo que dicen los periódicos del dirigente terrorista de las FARC colombianas abatido por el ejército. La izquierda radical internacional tiene una predilección por todo lo que huela a terrorismo, delincuencia y asesinato. Es su punto de anclaje de donde saca sus fuerzas mayores. También la morrallada que se dice eclesial, de base y otras argucias léxicas bebe de las mismas pútridas aguas. Narcotráfico, pelillos a la mar y chiquilicuatrerismo sin fronteras.
La definición les viene bien a otros sujetos sanguinarios convertidos en iconos a lo largo de la historia y a quienes la cutrez zurda rinde pleitesía. Todo por el totalitarismo. Indecentes sin fronteras, delincuentes habituales, filoterroristas anónimos a quienes algunos memos se alían sin saber de qué va la cosa.
Los teólogos ateos malean todas y también estas palabras del Maestro: bienaventurados los perseguidos por la justicia. Creen que se refería a terroristas y delincuentes. Incluso a alguno de ellos sus amiguetes. Pero va a ser que no. Jesús no utilizó esos medios ni contra los romanos ni contra nadie. Pero estos mindunguis camuflan sus verdaderas entrañas en una interpretación espuria de las palabras del nazareno.
Vulgar, altanero, egoísta y desalmado. Pensándolo bien, la definición le viene bien no sólo al terrorista abatido ayer sino a muchos de sus seguidores y aficionados varios.
Lo han clavado.
Miguel González
Sigue