Tragaperras. Atrio XXI
Todo el mundo conoce esas maquinitas para el juego a las cuales tú le echas euros y ellas te prometen más euros. Algunos actúan tal que así. Es un negocio a dos bandas, en comandita. Si te expulsan de la institución, tranquilo que te acogemos en uno de los establecimientos que controlamos donde, mientras sigues enredando, no te faltará el pan. De vez en cuando tendrás que echarnos tú una mano a nosotros y en paz. Contraprestación y pago de servicios, que se llama a eso. Tal vez alguna subvención...
Y ahí tenemos, de vez en cuando, a los teólogos y curas revoltosos con su predicar itinerante para pagar los servicios prestados. Cada cierto tiempo y siempre que la necesidad apriete, aparece un teólogo apartado de sus responsabilidades por listillo, o por estar más “pallá” que “pacá”, y que tiene suerte de que la Iglesia no actúe como cualquier organización o hace ya siete calles que habrían sido expulsados de la Iglesia por indisciplina, o sea por insolidaridad. Su misión principal es incordiar, crear confusión entre la gente, dar la idea de que en la Iglesia hay unas personas (ellos) “buenas”, más “cercanas” al pueblo que están dispuestas a dorarles la píldora con tal de que se dejen embaucar por unos sosos titiriteros, y en el otro rincón del cuadrilátero hay una jerarquía cavernícola que está desfasada y además ha falseado el mensaje de Jesús. Curiosas las dos varas de medir que utilizan los expulsados por desleales, de tal modo que lo que en cualquier organización o partido político comprenden como disciplina de partido, en la Iglesia lo llaman falta de democracia y traición.
A estos cristianos que se hacen llamar progresistas (para que sepamos de qué pie cojean) les sacan en procesión por los medios (media) que están concebidos para enredar y no para informar y allí que se van estas criaturitas a repetir las mismas consignas, tontadas y simplezas que han esparcido desde hace décadas. Se prestan gozosos a la práctica de la dramatización, que es otra tragaperras. Caiga quien caiga. Menos sus amiguetes, claro, con los cuales han establecido un contrato tácito de apoyo mutuo.
Pero, además, en Atrio.org tienen un cepillo. Sí, una cuenta corriente a la que se puede contribuir para mantener el chiringuito y que el administrador hace sonar de vez en cuando para que no decaiga. Yo habría ingresado mi parte de haberse tratado de un foro libre de debate serio. Pero ni foro, ni serio, ni de debate ni mucho menos libre.
Lo de las tragaperras es más antiguo que el mear.
Miguel González