Exégesis: llueve sobre mojado. Atrio.org XLII
La exégesis de los harapientos intelectuales. Podría ser el título de una película pero no lo es. Lo cierto es que estos cristianos progres, tan falso lo uno como lo otro, inician una serie de comentarios sobre los textos evangélicos y la encomiendan a uno de apellido pío (pío, pío, más bien). Ya sabemos que a estos angelitos del infierno les da igual cien que ochenta y así cuando encuentran un renglón torcido, lo enderezan; cuando algo que no les cuadra, lo ladean y en paz. Ese es el método científico que utilizan en sus tratos con los textos sagrados. ¿Qué la lectura de los evangelios es desalentadora, como manifiesta el exegeta de todo a cien de Atrio.org? Pues cogemos una más cercana y bien adulterada ya por los ligeritos de cascos y en paz.
Es lo que se llama llover sobre mojado: una tergiversación progre de los escritos a partir de una Biblia ya traqueteada hábilmente para que responda a los intereses de los cómplices del desaguisado social, moral, de valores y colaboradores necesarios del relativismo extremo, etc., que padecemos. Lo importante es que se entiendan, dice la criatura que santifica los textos a fuerza de ponerlos a la altura (más bien bajura) de los “hombres y mujeres” de hoy.
Y de ese modo, manifiesta el autor del desaguisado, se abren nuevas perspectivas, escenarios y personajes nunca vistos. Un curso de Código da Vinci aplicado. Claro, hermoso: una vez manipulado hábilmente aquello ya es otra cosa que lo mismo vale para un roto que para un descosido. Esa es la aportación más importante de la progresía en aras a construir un mundo totalitario.
Es lo que hay y tampoco se les va a pedir más. Cuanta más mierda produzcan, tanto mejor para los demás y peor para ellos que se ahogaran en su propia basura.
Pero empieza el exegeta de salón con mal pie al cagarla en el primer comentario, ese que relata el momento en que Jesús mandó a sus discípulos de dos en dos a predicar. Mal comienzo: en Atrio.org creen que los enviaba a repartir chupa-chups entre la gente o a organizar “manis” feministas y esas cosas. Y esto es así porque en ese antro de la mentira, el insulto y la vejación, están convencidos de que Jesús no fundó ninguna Iglesia y por lo tanto tampoco pudo enviar a sus discípulos a predicar como relata el evangelista.
Mal comienzo. Pero tranquilos que con un poco de rodaje podrá la nueva adquisición homologarse a los ancianos adolescentes, algo decrépitos ya para qué engañarse, que sestean intramuros.
Miguel González