Crónicas marxianas. Atrio.org. LXXXVII
Teología de la liberación es a Marx lo que Batasuna es a ETA: la misma mierda, que diría Felipe González con esa boca sucia característica.
Con el tiempo transcurrido, la experiencia acumulada y lo que nos ha deparado la historia reciente, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la teología de la liberación fue una infiltración marxista dentro de la Iglesia católica, perfectamente orquestada desde fuera y con ayuda de algunos de dentro. No hay ninguna duda. Muerto el perro (el totalitarismo soviético) se acabó la rabia (la teología de la liberación). Fue, pues, un caballo de Troya más en el corazón de occidente. El problema es lo mal que han quedado todos los ideólogos “liberadores” católicos (o eso nos hicieron creer que eran católicos) que se dejaron utilizar como tontos útiles o listillos inútiles. Algún día haremos un pequeño diccionario con todos ellos, porque algunos todavía están dando la barrila por ahí. Pero es cierto que fue caer el Muro y palidecer la tal teología de la deconstrucción.
De manera que todas las ideas que utilizaban estos angelitos como cuña: la Iglesia está desfasada, la Iglesia ha perdido la identidad primera, la Iglesia está muy alejada de los problemas de hoy, etc., no eran sino vaselina para hacer más tragadero su marxismo en las catequesis que pasaron de ser cristianas a ser simple adoctrinamiento marxista.
Cuando afirmaban eso de que los pobres eran el lugar teológico ya sabemos qué querían decir: el marxismo centro de la predicación.
Estos saltimbanquis, además de cuentacuentos se han revelado unos mendaces.
Miguel González