Teología de la disolución. Atrio.org LXIV
Es sabido que algunos utilizan la teología para marear la perdiz. Es lo que hacen teólogos como Leonardo Boff y demás aprendices de brujo que tiempo ha que no producen ningún trabajo digno de mención porque se han perdido por los vericuetos de los libelos propagandísticos. Dan vueltas como el jaco de noria de Flaubert sobre una misma intención con el pretexto de hacer teología. La intención no admite dudas: combatir a la institución Iglesia por la que no sienten ninguna afección.
Por otra parte todos estos que se pasan el día hurgando para sacar petróleo están apartados de sus funciones luego afirmar que lo que hacen es teología es como decir que un panadero hace pan cuando está fuera del horno.
Que si de Pedro, que si de Pablo…, es una discusión antigua sobre lo que pudo haber sido y no fue. Lo cierto es que la Iglesia sigue su camino mientras unos saltimbanquis de la religión se dedican a hacerle el juego a los enemigos de lo espiritual. A veces unos y otros se confunden, entrelazan y coinciden.
Poca chicha tiene el pavo.
Miguel González