Antisistema y otras hierbas. Atrio.org CX
Antonio Vicedo, ancianito adolescente de la partida de Atrio.org, continúa con su recolección de frases evangélicas para arrojarlas a la cara del prójimo, mucho mejor si es Papa o cualquiera otra representación de la Iglesia. De risa si no diera ya pena.
La frase que trae hoy a colación (reiterada por lo demás) es tal que así: “CONMIGO hacéis, o no, LO QUE con UNO CUALQUIERA DE MIS MÁS PEQUEÑOS HERMANOS”. La frase es de Jesús; el grito, del sujeto del que tratamos.
Si un extraterrestre leyera la perorata “colgada” por Antonio pensaría: ¡buen muchacho! Pero las mentiras de la izquierda, las mendacidades de sus propagandistas ya no nos pillan por sorpresa; ya nos tienen acostumbrados a sus sofismas.
Buen muchacho si sus matraca no fuera más que un hilo en el ovillo que tejen con sus cuentos para atrapar incautos. ¿A que no imaginan qué “mundo” propugna esta criaturita del señor como alternativa al realmente existente para poner en práctica el consejo evangélico? Pues pásmense: el socialismo de estado. Sí, el totalitarismo que malogró cien millones de vidas en el siglo XX, superando todas las marcas de crímenes contra la humanidad en el más corto espacio de tiempo.
Sí, señor; con un par. Esa es la alternativa que propugna sin despeinarse estos anarcos extemporáneos. Los teólogos progres, ex curas y demás antisistema, vendidos al totalitarismo nos vienen luego con estas frases inocentes como si ellos pretendieran otra cosa que la conculcación de los derechos humanos a gran escala, la implantación de dictaduras totalitarias que sumen en la miseria a los pueblos pero mantienen la autoestima alta de estos depredadores cuentacuentos sin fronteras. Por sus obras a la intención.
No es el cristianismo sino la barbarie lo que pretenden implantar, y manosean las frases de Jesús con tal de tirar piedras sobre sus representantes porque les estorban en esa labor. Y uno que esté un poco despistado escucha insultar al papa, despotricar contra la Iglesia, etc., y declamar estas frases tan bonitas y uno puede pensar: esta eminencia gris salvaba al mundo en un plisplas. Pero no: la salvación que propugna se parece más al infierno que al paraíso.
Lo grave del asunto es que se les ha pasado el arroz, han cumplido con su misión de tontos útiles y todavía siguen, imposibilitados ya de cambiar por sus propias manías persecutorias, trabajando para el diablo.
De pena.
Miguel González