Lamerse las heridas. Atrio.org XCVI
Los atridas están disgustados con el manifiesto final del congreso de teólogos expedientados y ramonean lamiéndose las heridas. Encuentran el escrito sin garra que traducido al castellano quiere decir que no insulta lo suficiente a la jerarquía de la Iglesia, según nos tienen acostumbrados.
Viví las primeras reacciones de los responsables de la Iglesia respecto a los promotores de la teología de la liberación. Por aquél entonces yo estaba en el otro lado. También yo fui abducido por las nuevas ideas y las medidas que se empezaron a tomar hace 30 años me entristecieron, pero hoy, con la perspectiva histórica y los esperpentos que se han visto por doquier, me alegro de que la mayoría de los ideólogos del invento que bebía del marxismo y otras aguas pútridas, hayan sido apartados, amonestados, etc., y estén criando malvas por ahí. Algunos han sabido darse cuenta del error y han vuelto al buen camino. Que hubo excesos es innegable y que esa dinámica conducía a más excesos, no cabe duda.
La teología de la liberación ha perdido mucho desde que no tiene el referente que la parió. Y no cabe duda de que los del congreso son todos deudores de esa teología que prometía mucho y se quedó en nada.
Miguel González